28 de julio de 2017

Birding en Aragón


El 19 de julio mi amigo Manuel Maynar informaba de la presentación en Riglos (Huesca) del "Club de Producto Birding Aragón", en el que ha trabajado junto al Departamento de Turismo de esa Comunidad y a la Asociación Profesional Aragonesa de Turismo Ornitológico y Ecoturismo a la pertenecen dos excelentes profesionales y amigos: David Cayuela (Birding Teruel) y Javi Mañas (Allucant).

Curiosamente ese mismo día viajaba yo hacia esas tierras a pasar una semana disfrutando de las montañas pirenaicas, sus pueblos, sus ermitas e iglesias románicas y, obviamente, también de sus aves.

Según la prensa, en esa presentación se afirmaba que "Aragón cuenta con la existencia de especies singulares, variedad de hábitats, espacios naturales tranquilos y poco modificados e infraestructuras y equipamientos preparados para la observación de aves".

Yo en esta ocasión no centré mi visita en los valles orientales del PN de Ordesa (Gargantas de Escuain y Pineta) y el Valle de Gistain (o Chistau) aunque previamente también tuve tiempo de recorrer el Valle de Hecho, de subir hasta el Refugio de Lizara en Aragües del Puerto y llegar  hasta "La Chorrota" con Manuel como cicerone.






















Pude comprobar la existencia de la gran diversidad de aves puesto que, incluso sin abandonar el ambiente pirenaico excepto en el trayecto entre Jaca y l'Ainsa, observé más de 60 especies de aves.
Entre ellas pude contemplar Quebrantahuesos, Escribano cerillo, Carbonero palustre, Chova piquigualda, Mirlo acuático, Acentor común, Camachuelo común, Reyezuelo sencillo, Agateador euroasiático, Alcaudón dorsirrojo, Milano real  y Verderón serrano. Todas ellas aves realmente singulares, al menos para mi, que me permitieron  añadir 10 especies nuevas de una tacada a mi lista "THE BIG YEAR" de este año.


























Además en muchos de los espacios encontré información sobre especies de aves y miradores preparados para observarlas y, quizá aún más sorprendente, encontré Guías de Aves de Aragón en alguno de los centros de visitantes de espacios culturales.

Como profesional de Turismo ornitológico me alegro de que nuestro sector se desarrolle y de que nuevos destinos de birding se unan a la extraordinaria oferta de nuestro país y además lo hagan de la forma en la que lo está haciendo Aragón y, en breve, lo haremos en la Comunidad Valenciana.



6 de julio de 2017

Vencejos, 3x1 en los cielos de la Comunidad Valenciana

Llevan con nosotros quizá desde el mes de abril, pero los Vencejos con sus agudos gritos y sus vuelos en  "escuadrillas" rozando las paredes de las casas en cualquier ciudad o dando vueltas al campanario de la iglesia en la plaza de cualquier pueblo siempre  representan para mi el sonido del verano.
Para mi son unos pájaros entrañables. Porque traen a mi memoria los días de los interminables veranos de cuando era un niño y apuraba las horas del día cenando “de sobaquillo” en la calle con los amigos. Este sonido es el que acompañaba esos momentos, al final de la tarde, en los que la gente salía “a la fresca” y que aún hoy se reproducen en cualquier pueblo valenciano.
Tiene una voz muy característica, un chillido breve, monótono y agudo,  que emiten sobre todo cuando  vuelan en esos atardeceres de los meses más cálidos.



Y una vez conoces algo más sobre la biología y el comportamiento de estos incansables voladores, no puedes dejar de asombrarte y admirar la adaptación extrema de estas  aves a la vida aérea ya que todo su ciclo vital se puede desarrollar en el aire. Cazan, duermen, e incluso algunas veces se aparean , .... Por este motivo se les suele observar casi siempre en vuelo y en grupo, excepto para la nidificación.

 Presenta una silueta inconfundible, como la de una ballesta, con la cola corta y algo horquillada y unas alas estrechas y largas que los convierten en unos verdaderos “bólidos” del aire solo comparables al Halcón peregrino, prácticamente su único depredador.
Posee pico corto, plano y con la boca muy ancha con la que capturan los insectos de los qaue se alimentan (y por lo cual están protegidos por la ley) en vuelo.

Sus patas son extremadamente cortas, por lo que no pueden posarse en el suelo. A cambio poseen fuertes uñas que les permiten sujetarse a las paredes y grietas de los edificios donde anidan. Aunque en origen era un aves rupícola, actualmente cría casi de forma exclusiva en zonas urbanas, incluso en ciudades enormes y contaminadas.

El Vencejo común tiene una coloración uniforme de tono pardo oscuro, casi negro, excepto en la garganta, que es blanca. Se le puede confundir con su pariente próximo el Vencejo pálido , de tonos más claros y que suele preferir zonas urbanas más próximas al mar sin desdeñar roquedos naturales, sobre todo acantilados marinos.
Además de estas 2 especies contamos entre las aves de nuestro territorio con el Vencejo real, notablemente mayor que estos, de color marrón y con la gargant y el vientre absolutamente blancos cruzados por una banda marrón a modo de “bufanda”.

Imagen tomada de la web de SEO/Birdlife

Su nombre valenciano “Ballester” hace honor a su forma en vuelo  y el inglés “Alpine Swift” a su tendencia a anidar en zonas montañosas ya que estos si son absolutamente rupícolas.
Se pueden observar en las montañas calizas del interior de Alicante, Valencia y Castellón, donde sus poblaciones son las más densas y numerosas de su área de distribución en España.
Solo conozco un caso de nidificación en “casco urbano” en la localidad de Ares del Maestrat (CS), pero nidifican en las paredes rocosas de la base del castillo.
También es posible las 3 especies juntas en las paredes rocosa del Penyal d'Ifac o el Morro de Toix en Calpe (A) en los meses de verano.

Todas estas  especies son “viajeras” y solo pasan la época estival en nuestra comunidad mientras que tienen sus zonas invernada en África, aunque con el tema del cambio climático empiezan a registrarse algunas citas ocasionales de Vencejo común en nuestro país en pleno invierno.
Su enorme capacidad de desplazamiento le permite movimientos de hasta 1.000 kilómetros en un solo día que realizan ante situaciones meteorológicas adversas. Se sabe que los pollos pueden quedar aletargados (como hibernando) y sin comer durante varios días hasta que regresan los padres.
  

Los Vencejos abandonan las colonias de cría en pueblos y ciudades a final de julio, y en agosto se observan bandos fuera de zonas urbanas, con citas que se prolongan hasta septiembre-octubre pero que suelen corresponder a Vencejos pálidos, algo más tardíos en comenzar su migración.