19 de julio de 2012

Cagamànecs!!

Con este curioso, y muy descriptivo, nombre se conoce en Valencia, Mallorca y Cataluña a la tarbilla común (Saxicola torquata)

Y hace referencia a la costumbre de los ejemplares que viven en ambientes rurales antropizados de posarse sobre los mangos de las herramientas de labor (azadas y similares) y "decorarlos" con sus deposiciones.

Este hábito es el mismo que tienen el resto de ejemplares de la especie pero que, en otros hábitats, suelen elegir ramas de arbustos o hierbas altas que destaquen a cierta altura sobre lugares despejados para desde allí otear su territorio en busca de presas, proclamar sus dominios o vigilar el nido.

Mi amiga Maribel me envió hace unos días unas fotografías de una nidada de una pareja de "pájaros grises" que decidió utilizar para la construcción del nido ... esta diminuta lamparilla de aceite situada en el porche de una casa de campo familiar.
Nido de "cagamànecs" en una lámpara de aceite  Foto: Maribel Ponce
Pollo de "cagamànecs" en el nido  Foto: Maribel Ponce
Tras días de intercambio "epistolar" (aunque esta vez el mail sustituye al papel) se aclaró que los pollitos que crecen realmente hacinados en ese nido eran ... "cagamanecs" (aunque por la descripción inicialmente pensé que se trataba de papamoscas gris (Muscicapa striata))
Durante su "primera infancia" (fase de huevo) vivieron en el porche de la casa, donde la lamparilla decoraba una de las paredes, y donde la hembra incubaba paciente a pesar de hallarse expuesta al continuo trasiego de personas (niños entre ellas) con su evidente curiosidad.
Más tarde, una vez los pollos tuvieron cierto tamaño, fueron trasladados y reubicados en un lugar cercano pero más tranquilo donde los padres han completado la crianza hasta que  han abandonado el nido  ... hoy mismo.

Nido de "cagamànecs" Foto: Maribel Ponce
Macho de Tarabilla común  Foto: Virgilio Beltrán

Hembra de Tarabilla común. Foto: Virgilio Beltrán
Pero no son los únicos pájaros que, según me cuentan, utilizan el porche de esta casa familiar.
Al parecer, y las fotos lo atestiguan, 2 parejas de golondrina común (Hirundo rustica) decidieron hacer sus nidos próximos al de las tarabillas aunque en este caso si "alardes arquitectónicos" y utilizando su técnica ancestral de pellas de barro.
Pareja de golondrina común junto al nido Foto: Maribel Ponce
Macho adulto de golondrina común Foto: Maribel Ponce
Nido de golondrina común Foto: Maribel Ponce





4 de julio de 2012

Cuidado con las montañas quemadas!


En estos días hay un montón de gente con muy buenas intenciones que convoca eventos en facebook, organiza plataformas y crea grupos con la intención de repoblar las montañas que el fuego ha destruido en Valencia desde "mañana mismo".
Todos estamos rabiosos y tristes por lo que se ha perdido. Y quisiéramos que la situación de nuestros montes volviese a ser la de antes ... pero la naturaleza es más sabia que nosotros y tiene estrategias para hacerlo.
Aunque a veces nos parecen lentas porque su ritmo no es el nuestro.
También es cierto que en ocasiones podemos echarle una mano para acelerar algunos procesos y conseguir la recuperación en menor tiempo, pero no nos podemos precipitar al hacerlo porque "puede ser peor el remedio que la enfermedad".
Debemos dejar un tiempo y estudiar bien la manera de intervenir. Y luego hacerlo de la manera adecuada.

Comparto un post del blog de mi amigo Victor J. Hernandez que lo explica muy bien!! 

2 de julio de 2012

Cuando un bosque se quema ...



... algo tuyo se quema!!
Este era el lema del spot de una de las campañas del entonces ICONA que intentaba concienciar a la población ante la llegada del verano de la impotancia de no hacer fuego en el bosque y prevenir los incendios forestales.
Aquella frase caló en la población. Y yo, siendo niño/adolescente entonces, aún la recuerdo tan vivamente como recuerdo los compases de la sintonía de El Hombre y la Tierra o, por poner otro ejemplo, el "Si bebes no conduzcas" que nos lanzaba Steve Wonder.


 
Pero hoy esa frase ha pasado a tener un sentido dolorosamente real para mi.
Este medioadía he recorrido, hasta donde me lo han permitido los cortes de carretera y la necesaria prudencia para no ponerme en peligro, ni exponer a ningún riesgo añadido a otros que hipotéticamente tuviesen que socorrerme; los términos de Alborache, Turís; Macastre, ... por los mismos caminos por donde desde hace más de 10 años me muevo observando las aves y colaborando como voluntario en programas de seguimiento que lleva a cabo la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife).
Y todos esos caminos conducían hoy el mismo destino ... la nada!!

Desde los cañaverales y choperas del río Magro, donde hace solo 15 días se perseguían las oropéndolas, cantaban los ruiseñores o aparecía fugaz por primera vez el avetorillo común, hasta la cumbre de la Sierra del Ave por donde las aguilas culebreras deslizanban su silueta y en cuyas faldas tarabillas, collalbas y trigueros atraían mi atención mientras buscaba evidencias de la reproducción de los aguiluchos cenizos; todo tiene hoy el mismo color.
El color negro. El color de la muerte del bosque.

 Del bosque y de sus habitantes. Asfixiados y abrasados los más. Desalojados, deshauciados a la fuerza por un vendaval de fuego sin control que en solo 72 horas que ha borrado del mapa sus hábitats los más "afortunados".
Todo esto se ha perdido.

Y si ante una catastrofe de estas dimensiones cualquier corazón sensible se sobrecoge y el alma se entristece, hoy yo me siento especialmente perdido y "huerfano" porque algo "mío", algo a lo que he dedicado esfuerzo, tiempo, pasión, ilusión, ... simplemente se perdió para siempre.





Y justo cuando escribo estas líneas me entero de que 2 accidentes de helicóptero se han llevado por delante la vida de un piloto que ha estado este tiempo trabajando por detener el fuego, por proteger personas y bienes, por parar esta ola de destrucción. Un piloto que desde Zaragoza a venido a dejar su vida en el fondo del pantano de Forata.

Tristeza sobre tristeza. Dolor sobre dolor. Muerte sobre muerte.