26 de mayo de 2011

Elegancia estival

Si en un post anterior comente que los vencejos (Apus apus) eran para mi los heraldos del verano y exprese los sentimientos y recuerdos que me traían sus penetrantes voces cada vez que los oigo, en este quiero mostrar mi admiración por otra especie que nos visita en verano y que a mi me resulta una de las más elegantes de nuestra avifauna estival.  Me refiero a la Golondrina dáurica (Cecropis daurica).
Aunque carezca del colorido de otras como abejarucos o carracas, que por la espectacular paleta cromática de su plumaje son objetivamente más bellas, por su estilizada silueta, su "traje de frac" adornado con esos tonos dorados, y su elegante vuelo, me resultan  especialmente atractivas entre el grupo de los hirundínidos.
Este pariente tímido de aviones y golondrinas comunes, que al contrario que sus primos suele preferir la tranquilidad del campo a la compañía humana, es una de mis aves favoritas.
Quizá sea porque resulta menos frecuente o porque cuando la he observado siempre se han sido de parejas o ejemplares solitarios, pero lo cierto es que siempre captan mi atención y permanezco observándolas mientras se mantienen a la vista.
Sin ir más lejos, esta mañana, en Pedralba (Valencia), junto al río Turía, he podido deleitarme unos minutos con las evoluciones de una pareja que recogía pellas de barro de uno de los charcos formados junto al cauce.
Seguramente aún andaban preparando su espectacular nido que, por si alguien lo desconoce, es una estructura completamente cerrada y con "túnel" de acceso que suelen hacer bajo los puentes o en el techo de una cavidad natural.
 

Las dos personas que me acompañaban han coincidido conmigo en que este pequeño pájaro tiene una elegancia especial.

1 comentario:

  1. Las fotos no son mías las tome "prestadas" de internet pero desconozco los autores y por eso no los cito. Espero no molestar a nadie con ello.

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