19 de diciembre de 2011

"Silbando a trabajar"

Siempre que puedo me desplazo andando desde mi casa al trabajo, ambos en  la ciudad de Valencia, con el objetivo de contribuir a la mejora tanto de mi salud como la del planeta.
En los 25 min. que dura el trayecto suelo ir atento, aunque casi de manera inconsciente, al movimiento y las "voces" de las aves que se mueven a esas horas. Tanto en el suelo como entre los árboles que jalonan las calles e incluso en el cielo, cuando las fincas me lo permiten, encuentro pequeños momentos de satisfacción al descubrirlos.
Cuando por algún motivo uno de ellos llama más mi atención, me paro a observarlo un momento y, algunas veces, imito su reclamo para intentar que se acerque o, al menos, se detenga un instante más mientras disfruto de su presencia.

Habitualmente son los petirrojos los que más me "fijan",  pero esta semana llamo mi atención una lavandera cascadeña deambulando entre los charcos que aún se mantienen, después de las últimas lluvias, en el descampado de al lado de casa. Otras veces son los nerviosos colirrojos o incluso algún cernícalo madrugador buscando su "desayuno".
Hoy han sido 2 carboneros comunes y un mosquitero, que se desplazaban en paralelo a mí mientras buscaban alimento en los árboles, los que han detenido mis pasos.                                                                                                          
Y la casualidad ha hecho que me parara, imitando el canto del "chi-chi-pan" o "totestiu", justo en la acera donde está la puerta de un cole.
 Fotografía de David Friel

Estaba a lo mío cuando he oído que un niño preguntaba a su madre:
- "Mamá  ¿qué mira ese señor?"
Y la madre, a lo suyo,
- "No sé, hijo. Venga que nos cierran la puerta".
Igual ha pensado que no estaba en mi sano juicio.

Cuando he reanudado la marcha iba pensando: "Mira, como los enanitos de Blancanieves, ... voy silbando a trabajar!!"

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