9 de diciembre de 2011

"Bird...cicleando"

O "pajareando" en bicicleta.
Una "modalidad" que pudimos poner en práctica gracias a nuestros amigos del Hotel Entre Viñas,  realizando una ruta en bici por la finca del Renegado ... con los prismáticos a cuestas. Pero vamos al principio de la historia.

Después de dejar la balsa del Pontón anduvimos recorriendo las carreteras comarcales de la zona con la esperanza de observar algo interesante. No hubo nada extraordinario, pero podemos reseñar Alcaudón real, Cernícalo común Busardo ratonero  y un bando de grajillas, a las que pudimos fotografiar con relativa tranquilidad; además de algunos paseriformes forestales: pinzón vulgar, agateador común, reyezuelo listado, mito y carbonero común.




De este modo llegamos a Caudete de las Fuentes donde comimos mientras decidíamos como rematar la jornada.
Recordé que mi buen amigo Paco Celda (AVENSPORT), gestiona este "hotel con encanto" rodeado de viñedos, pinares y con varias centenarias encinas dentro de la propiedad cuya visita podría ser un punto final perfecto para este día.
Nos recibió Carlos que nos enseñó las instalaciones y nos presento a Alex quien nos orientó sobre las rutas que nos acercarían a las encinas y por las que sería más probable que pidiésemos observar aves.
Nos ofrecieron las bicicletas que tienen a disposición de los clientes ... y no lo dudamos!!
Recorrimos unos 12 km. en apenas 80 min. en los que observamos la ya constante presencia de zorzales comunes, una pareja de cuervos y algunas palomas torcaces. También nos llevamos una agradable sorpresa cuando sorprendimos un precioso zorroya con su pelaje de invierno, campeando por las viñas. No hubo tiempo para foto porque se escabulló rápidamente en el bosque cuando detecto nuestra presencia.


Pero la jornada no acabó aquí puesto que al volver al hotel divisamos, justo sobre el edificio principal, un preciso juvenil de Águila real  quizá intentando sorprender a alguno de los conejos que abundan por la zona.



Fue una magnifica manera de acabar el día aunque, apunto de irnos, aún tuvimos la oportunidad de ver como un grupo de estorninos acosaba a un gavilán que decidió merodear por allí buscando "la cena".

De regreso a Valencia el sentimiento compartido era de que el día había merecido la pena y que habrá que volver por aquí para seguir explorando esta comarca y, por que no, detenerse también en alguna de sus muchas bodegas a catar alguno de sus "caldos".

No hay comentarios:

Publicar un comentario