Ya se ha hecho tradición que un grupo de amigos con nuestras respectivas familias, nos reunamos en el puente del Pilar en una finca adehesada muy próxima a la localidad toledana de Oropesa y camino de la cacereña Navalmoral de la Mata: El Boyal!!
Este año se retraso la "quedada" y fue el puente de Todos los Santos el que nos llevo hasta Extremadura cruzando, los más, media España desde Valencia y otros, los menos, la mitad de esa distancia desde Madrid.
Sabiendo que las grullas
(Grus grus) ya podrían haber llegado a la zona, y encontrándose la finca muy próxima al Embalse de Rosarito que es querencioso para ellas, consulte en varios foros y preparé alguna excursión para intentar observarlas. Pero no fui solo, puesto que la posibilidad de verlas había
motivado a casi toda la "tropa"a acompañarme.
Acercándonos al pantano a la caída del sol, tuvimos la suerte de observar, aunque a bastante distancia, un gran grupo de estas magnificas aves preparadas ya para pasar la noche en una de las lenguas de tierra que se adentra en el embalse. En el rato que allí estuvimos, otros bandos fueron acudiendo desde diferentes partes formadas en sus típicas "V" y uniéndose a ellas entre trompeteos y espectaculares descensos con la mole del pico Almanzor y la Sierra de Gredos al fondo. Más de 400 calculamos que quedaron allí cuando la falta de luz y el hambre nos hicieron retirarnos.
Un nutrido grupo de
somormujos lavancos (Podiceps cristatus), abundantes
gaviotas reidoras (Larus ridibundus) junto a algunas
gaviotas sombrías (Larus fuscus), y pequeños bandos de
cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo), completaban el escenario junto a grupos de
avefrías (Vanellus vanellus) campeando por las dehesas.
Al día siguiente la escapada fue solamente con mi amigo Elías para intentar aproximarnos desde otro lugar y poder tomar fotos. Y aunque no fue posible, disfrutamos de la quietud de una nueva puesta de sol y de la observación de los bandos de grullas llegando de nuevo al dormidero. Un pequeño grupo de espátulas (Platalea leucorodia) dieron la sorpresa, mientras que un martín pescador (Alcedo athis) y un solitario andarríos grande (Tringa ochropus) despidieron la jornada.
Durante el día se dejaron ver también algunas en pequeños grupos por la dehesa y, si no constante, era frecuente oírlas sobrevolar de un lado a otro.
Pero no solo las grullas merecen ser destacadas. El fin de semana aporto, además de muchas especies comunes algunas observaciones que considero interesantes:
- una
garceta grande (Egretta alaba) en compañía de
garceta común (Egretta garzeta) en un arroyo represado.
- un precioso
elanio azul (Elanus caeruleus)
- una solitaria y creo que retrasada en su migración
golondrina común (Hirundo rustica)
Los restos de una carroñada en la dehesa, con plumas de
buitre leonado (Gyps fulvus) por doquier; la omnipresencia del los espectaculares
milanos reales (Milvus milvus) y los ruidosos
rabilargos (Cianopica cooki); los nutridos bandos de
bisbita pratense (Anthus pratensis), seguramente recién llegados, y los no menos numeroso bandos mixtos de fringílidos fueron compañía durante todo el fin de semana, reservándose la noche el canto lúgubre del
cárabo (Strix alauco).
Y cerrado ya el capítulo de "El Boyal 2013" confío en volver el año próximo a disfrutar de estos increíbles paisajes donde la mano del hombre es visible y patente pero donde la naturaleza aún mantiene su esplendor.