Os prometo que me ha emocionado ver a estas pequeñas aves en plena tarea.
Aves que han regresado a los pueblos donde nacieron hace pocas semanas después de un largo viaje desde África.
Nidos que construyen en aleros y balcones de nuestros edificios y que a much@s molestan y algun@s destruyen, a pesar de que este hecho constituya un delito, sin ni siquiera valorar el enorme beneficio que cada una de estas aves proporcionan alimentándose de cientos de insectos diariamente.
Y me ha entristecido mucho ver pasar junto a ellas a personas, y sobre todo a padres con niñ@s, que no se han inmutado ante este, para mi, emocionante momento.
No les ha llamado en absoluto la atención este revuelo continuo de 20-25 pajarillos a apenas 5 metros de distancia. No se han detenido ni siquiera un instante para mostrar a sus hij@s ese momento mágico pero a la vez tan real que es la naturaleza en estado puro. Naturaleza urbana, pero naturaleza "salvaje".
Para mi es un hecho que demuestra:
- la desconexión que tiene la sociedad actual con la naturaleza y que el déficit de naturaleza de nuestr@s niñ@s y jóvenes se hace cada vez mayor.
- la necesidad acuciante de introducir en el sistema educativo (formal y no formal) la Educación Ambiental, y la necesidad de preservar la biodiversidad como "pata" imprescindible de la sostenibilidad y del futuro, para revertirlo.
Solo así, quizá, un niño se detenga algún día a admirar a estos incansables pájaros.
Solo así dejaremos algún día de escuchar noticias de colonias de Aviones destruidas.